Esperando
Parecía que esta mañana no iba a aparecer. Mirando al final de la calle, perdió los últimos instantes de tiempo que se podía permitir antes de volver a su impuesto ritmo de vida. Hoy tendría que soportar el día sin acariciar sus caderas con sus ojos. En un gesto tan rápido como instintivo, miró el reloj. Apenas un minuto para empezar el día, y hoy lo haría sin la suavidad de sus ojos, sin la complicidad de una media sonrisa compartida que no sabía lo que significaba, si es que significaba algo.
Alargó todo lo que pudo el último sorbo de café, se levantó, y mirando a ambos lados de la calle con el último deseo de verla aparecer, se fue para ahogarse en su vida.
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